Tantos años dedicado a esto de la fotografía publicitaria y Pere Sallés aún sabe sorprender a los que creen conocerle bien.
Por su enorme y personalísimo sentido del humor que hace que se derriben muchos muros, y aquellos que resisten... ellos se lo pierden.
Por su gran capacidad creativa que supera con gracia y salero las peticiones/ocurrencias más dispares.
Por saber reinvertarse continuamente y estar al día de todo lo que se cuece en nuestro sector.
Y todo esto tiene mucho mérito en un personaje que ha superado los 60 con un espíritu adolescente que ya quisiéramos tener muchos.
Por eso, y como él mismo dice con su sonrisa socarrona disimulada bajo su bigote, “dejémonos de moñadas y vayamos al grano”.
--Miquel Gallego--